Actividades,  Colaboraciones,  Cuentos,  Maternidad,  Ocio,  Varios

Nuestros abuelos y abuelas

Nuestros abuelos y abuelas

 

reloj antiguo

Muchos de nosotros

Muchos de nosotros, se acerquen o no las fechas de Navidad, tenemos siempre en algún momento del día, un pensamiento que nos acerca a nuestros padres y madres, los abuelos y abuelas de nuestros hijos, y que se puede convertir en una llamada de teléfono, un skype o en una futura visita; más cuando en nuestro día a día estamos lejos de ellos, o como en el caso de mi marido ya son ancianitos y no hay tiempo que perder…

La verdad es que nunca hay tiempo que perder, tengamos, tengan la edad que sea, para conocer, reconocer a “nuestros abuelos y abuelas”. Necesitamos conocer su historia porque también es la nuestra, para no privar a nuestros hijos de sus raíces, porque sin ella no estamos completos y nunca lo estaremos… Y ellos necesitan transmitir su vivir, compartir sus razones y sinrazones, sus felicidades y sus tristezas, pensar que serán recordados, que sus vidas no pasarán a engrosar “el libro del olvido”.

Todos estos pensamientos, que en mi vida son cíclicos, volvieron a mi en toda su intensidad tras una conversación con Virginia, a propósito de una posible colaboración con una nueva editorial que está empezando su andadura con dos libros. Dos libros para regalar, en principio: uno para la abuela y otro para el abuelo; después veréis porqué digo “en principio”.

 

Desde el primer momento me interesaron

Desde el primer momento me interesaron, pues ya estábamos sumergidos en la búsqueda de los “regalos perfectos” para los abuelitos (la más difícil de todas las búsquedas); en Navidad iremos a verlos, a los cinco (incluyo a mi preciosa abuela, la bisabuela de mis hijos) y como siempre nos acompaña “Papá Noel”, en ésas estábamos. ¿Quién sabe? – me dije- a lo mejor “suena la flauta” y “voilá” búsqueda resuelta.

Nada más colgar con Virginia me metí en su página web: https://www.familiam.es , para ver si oía alguna que otra nota musical ejecutada en flauta. Al mirar las portadas y leer brevemente sobre su contenido, “voilá”, me vino a la mente un poema de mi marido (de uno de sus libros: “Lo que el tiempo me hiere”) que siempre tengo en el pensamiento en “esos momentos”:

 

Al igual que en la naturaleza
del árbol que caduca sus hojas
está la caricia del viento
en la del ser humano que deja sus seres
está el susurro del tiempo

¡Qué dorado color en la brillante caída!
¡Qué sonido, sinfónica belleza de sonidos
al unirse junto a ellas en su despedida
juntas en el viento!

El ser humano en el otoño de su pensamiento
debe unirse en un sólo alma con los suyos
en una sinfonía de encuentro,
expresarse junto a ellos para ser eternos
juntos en el recuerdo.

 

Allí estaba el «regalo perfecto»

Allí estaba el “regalo perfecto”, y no sólo y en principio para “nuestros abuelos y abuelas”, también para hijos, hijas, nietos y nietas, era un regalo para todos, uno que hace mucho tiempo tendríamos que habernos entre todos hecho.

Ese mismo día, pusimos en marcha la colaboración, que por primer paso tenía el conocer de primera mano los libros, que ya tanto apreciaba mi intuición, para lo cuál la editorial nos envió dos ejemplares para cada una.

A mi marido no le dije nada, iba a ser una sorpresa, quería ver su reacción cuando los viera, los pudiera tocar y oler, como dice él… Justo a los dos días, los recibimos, y sin ni siquiera desempaquetarlos, los dejé en la mesa del salón, esperando a que mi marido volviese.

A su llegada y tras preguntar por el paquete, los desenvolvimos juntos, y allí estaban… los ojos de mi marido se llenaron de emoción. Siempre, él y yo, nos hemos considerado el depósito de los recuerdos de nuestros padres y abuelos, siempre preguntándoles, indagando sobre sus “vidas y milagros”, sobre ese momento de especial felicidad o sobre quién era el abuelo de su abuelo; es algo que hemos compartido siempre.

Pero la verdad es que, como dijo el poeta, “El recuerdo se hace tenue, / la llama se extingue lenta, / … “, por lo que siempre pensamos que de una forma u otra tendríamos que encontrar alguna manera de conservar los de “nuestros abuelos y abuelas”, escribiéndolos nosotros mismos, grabando las conversaciones…; nunca tuvimos tiempo o no vimos la oportunidad, ahora sin embargo tenemos los libros:

 

Abuelo, háblame de ti

Abuela, háblame de ti

 

portada libro abuelo, háblame de ti

 

 

 

 

 

 

 

En ellos, solos, con nuestra ayuda o sin ella, recordando y preguntándose “nuestros abuelos y abuelas” lo llenarán de vida, inspirándose en las fotos y dibujos de su interior, en las a veces graciosas y a veces tristes, siempre bellas preguntas que les servirán de guión, de guía en el viaje que les lleve de nuevo, y a nosotros con ellos, a las capitales y a los pueblos del mundo de sus recuerdos.

 

portada antigua de parís

 

 

 

 

 

 

 

Mi marido al tener uno de ellos por primera vez en sus manos y como buen amante empedernido de los libros, lo sopesó, acarició y olió sus hojas y mientras las miraba al trasluz, dijo, imitando la voz de El Padrino: “digno cofre para contener los más preciados tesoros de nuestra familia”

 

La idea de los libros

La idea de los libros nos ha emocionado tanto que tras la Asamblea Familiar correspondiente, hemos publicado en “el tablón de anuncios” de la casa, el siguiente edicto:

Reunidos el 2 de octubre de 2019, la Asamblea Familiar Galera-Pérez en pleno ha decidido por unanimidad instaurar la siguiente tradición: Todos los miembros presentes y futuros de nuestra familia deberán plasmar sus recuerdos en los “Libros de Vida” de la Editorial Familiam, más conocidos como “Abuelo/a, háblame de ti”, mientras la misma se sirva a seguir publicándolos o en otros similares, en caso contrario, que cada miembro por si mismo deberá confeccionar a la imagen de aquellos. Y para que así y en adelante cada miembro, generación tras generación, preserve y disfrute para siempre en ellos nuestros, sus recuerdos.

Más allá del teatro y el jolgorio que montamos aquel sábado, nuestra intención fue transmitir a nuestros hijos la idea de que hay que tratar como tesoros que son, los recuerdos propios y los de nuestros seres queridos.

Os animo a pensar, a acercaros a la idea, a estos libros que la portan. https://www.familiam.es

 

vilano, diente de león

 

 

 

 

 

 

 

P.D I: Como tenemos cinco abuelos, nos tenemos que hacer con los tres que faltan antes del viaje de Navidad… Y vosotros, ¿Cuántos abuelos y abuelas tenéis?

P.D II: En un próximo post Virginia os explicará en más detalle el contenido de los libros y su experiencia con ellos. Espero que antes ya los estéis disfrutando.

Estamos en Instagram

Please follow and like us:

3 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

6 − tres =