Enseñar a los niños/as que pegar es malo
Enseñar a los niños/as que pegar es malo
¡Hola familias! llevo años luz sin pasarme por aquí, pero es que, mis niños han crecido tanto y me dan tanto trabajo que no veía momento ni sabía por donde empezar para volver a retomar mi momento de desconexión, relax…, porque sí, estar aquí para mí, es mi momento.
VíctorMan está en plena adolescencia (pero de las malas) y el otro en plenas rabietas (mi paciencia a flor de piel)… que no sabía con qué tema volver a retomar el blog…
Ayer estuvimos en un cumpleaños, se lo pasaron tan, tan bien que en cuento se montaron en el coche echaron la cabeza para un lado y se quedaron fritos los dos (señal que no pararon). Habían como unos 15/16 niños/as si no recuerdo mal, pues de esos 15/16 una, se llevó la palma, los señaló a casi todos, para mí el señalar es ¡arañar!.
Arturo acabó con la espalda como si le hubiese arañado Furia (nuestra gata) vamos, que aún teniendo cuatro gatos, cuatro, eeh… ninguno arañó a ninguno de mis hijos como le arañó esta niña ayer a Arturo en la espalda. No se aprecia muy bien pero sí, ahí están.
Pues de esto voy a hablar hoy después de mucho tiempo, ¿Por qué pegan los niños/as?, ¿Qué límites podemos poner? y algo más… vamos a ello…
¿Por qué pegan los niños/as?
Es un comportamiento totalmente normal en la primera infancia. Si a un niño de un año y medio otro niño le quita un juguete, resulta normal que el primero intente recuperarlo por la fuerza, tirando de él o incluso pegando, porque no puede hablar bien. Los psicólogos dirían que el niño de esa edad no tiene recursos lingüísticos para defender lo que es suyo pero cuando pasa la primera infancia y ya llegan a los 4/5/6 años, ya saben que pegar es malo.
Otro motivo porque pegan los niños tiene que ver con su capacidad para gestionar la frustración. Es frecuente que un niño al que se le prohíbe hacer algo, fruto de la rabia y la frustración demuestre su agresividad con un golpe hacia otro niño/a o hacia sus propios padres. Debemos entender que es bueno y positivo que los niños se peleen por lo que quieren e incluso expresen su rabia. La labor de los padres es velar porque aprendan a hacerlo de una forma que no haga daño a los demás.
¿Qué tenemos que hacer aquí?… ¡Límites!
¿Qué límites podemos poner?
Los límites sirven para proteger al niño que no entiende o no tiene capacidad de decisión. Igual que no dejas que tu hijo se asome por la ventanilla del coche mientras conduces, o no dejas que se acerque a un perro que está gruñendo, también es importante que estés pendiente de tu hijo cuando está en entornos en los que es probable que pegue a otros niños.
Por ejemplo, si los niños que pegan a otros niños lo hacen en sitios con muchos ruidos y juguetes, tu trabajo es ayudarle cuando veas que están cansados o cuando otros niños le quitan un juguete. En algunos momentos puede ser bueno que saquen su genio y se defiendan, pero si ocurre con demasiada frecuencia ayúdale.
Explicar el por qué de las cosas
Una parte de las más IMPOTANTE es hacer partícipe al niño del por qué de las cosas. Cuando son pequeños no son capaces de entender este tipo de razonamiento, ni ponerse en el lugar de los demás; pero poco a poco y con práctica, estas explicaciones ayudarán al niño/a a desarrollar su empatía y la sensibilidad por las necesidades y derechos de los demás.
A los niños que pegan en el colegio, por ejemplo, hay que ayudarles a entender cómo se siente sus compañeros. Si nos han levantado la mano a nosotros, es importante ayudarles a entender que no nos sentimos bien por ello. A pesar de que este punto es importante, las explicaciones deben ser un complemento a los límites.
Disciplina positiva para niños que pegan
La disciplina positiva para los niños que pegan suele ser muy útil, ya que este es un tema que preocupa a muchas familias. No obstante, es algo normal, aunque también es necesario que los padres busquen soluciones para ayudar al niño/a a reducir tanto su frustración como para cambiar la manera de expresarla. Este tipo de educación ayuda a los padres a comprender mejor a sus hijos y a educarlos desde una perspectiva firme y tranquila al mismo tiempo.
Precisamente por eso la labor de los padres es tan importante, porque son ellos los que mejor pueden enseñarle las normas sociales.
Enseñar a los niños que pegar es malo
El respeto y el cuidado del niño/a, el bienestar se basa en un entorno de amor y respeto, entendemos que las agresiones y otras expresiones de rabia y violencia son naturales, y precisamente por eso ayudamos al niño/a a que puedan expresarlas de una forma positiva, sin recriminar, amenazar o castigar.
El instinto de agresión y protección es un instinto humano. Sin embargo, la mayoría de personas hemos decidido vivir en sociedad, y en ella se han establecido una serie de normas que establecen que no podemos conseguir lo que queremos pegando. En este sentido es importante que enseñes a tus hijos que nuestra sociedad NO acepta bien las agresiones, hablando se entiende todo mejor.
Y es que, la misión que tenemos como padres es proteger a nuestros hijos. Igual que no vamos a dejar que crucen la calle solos, ayudamos a los niños que pegan sin motivo a entender que no pueden hacerlo.
La ultima frase la pongo en negrita para que se vea bien qué puede pasar.
Hacer daño a los demás es algo que terminará provocando rechazo o daño por parte de los demás hacia nuestros hijos.
Evitar los gritos
Gritar cuando estamos al cargo de niños que pegan lo aprendimos de nuestros padres y es un instinto natural cuando estamos frustrados o sentimos que hay algún peligro para nosotros o nuestros hijos. Todos los seres humanos merecemos el mismo respeto, y cuando se lo faltamos a nuestros hijos se sienten asustados, frustrados, impotentes y culpables.
Entonces, ¿Cómo evitar que un niño pegue? ten en cuenta que cuando gritamos a un niño que está nervioso o frustrado provocamos que su nivel de nerviosismo aumente. Esto hará que la próxima vez que esté en una situación frustrante similar se ponga más nervioso y actúe de forma impulsiva.
Como siempre, recomiendo muchos libros pues aquí uno de ellos, Topito Terremoto junto con el libro de las emociones.
Cuentos para niños y niñas felices
Enseñar a los niños/as que pegar es malo. El desviar a un niño es todo un arte.
Enseñar a los niños/as que pegar es malo. Recuerdo que es un trabajo interno y externo todos los días, no vale poner límites fuera y dentro no… Todos los días.
Nos vemos en el siguiente…