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5 citas de Carlos González

Tras el éxito de la primera recopilación de citas memorables de Carlos González, hoy les traigo una colección dedicada enteramente a la crianza que estoy segura que encantará, y dará el típico empujón de confianza que nos dejan sus textos:
Carlos González habla sobre malcriar a los niños:
La crianza respetuosa, responder a las necesidades de nuestros hijos y colmarlos de afecto, a la vez que seguimos nuestros instintos, debería ser más bien conocida como «biencriar», no como «malcriar» a los niños, tal y como nos lo indica Carlos González,:

«…las personas deben comprender que malcriar es criar mal. Malcriar no es cogerle mucho en brazos, estar mucho con él o cantarle muchas canciones. Malcriar es no hacerle caso, abandonarle…»
Carlos González habla sobre la necesidad de ir en brazos y el uso de portabebés:
Cuando habló en una de sus charlas las madres en sociedades no industrializadas, y cómo se las arreglan con sus hijos, tocó también el tema de las necesidades básicas de los bebés, del apego, del instinto, y de la utilidad de los portabebés:

«Los bebés necesitan atención constante, 24 horas. Es lo normal. Por eso la mayor parte de las madres del mundo llevan a sus bebés colgados a la espalda. Los llevan todo el día. Van a buscar agua con el bebé a la espalda, muelen el maíz con el bebé a la espalda, labran los campos con el bebé a la espalda, van al mercado con el bebé a la espalda. No lo hacen porque hayan leído ningún libro sobre crianza y apego; lo hacen por comodidad, porque es la única manera de poder hacer todas las cosas que tienen que hacer. Si se sacan al bebé de la espalda, se pone a llorar y no las deja hacer nada.»


Carlos González habla sobre la manipulación:
Tal y como hemos comentado en el artículo Carlos González: Cómo y por qué los niños nos manipulan, en el que el doctor da el ejemplo de una bebé recién nacida que manipula a su abuelo con sonrisas y gestos, afirma nuevamente, que el llanto infantil no tiene el propósito de manipular a un adulto, sino de comunicar un malestar del niño:
«Los niños no necesitan llorar para manipular. Pueden hacerlo con una sonrisa. Pensemos en dos niños de cuatro años que quieren un helado. Uno dice ‘mamá, guapa, cómprame un helado, vamos, que te daré un besito, eres la mamá más buena del mundo, va, por favor, un helado…’. El otro tiene una rabieta, se revuelca por el suelo, da manotazos, rompe cosas.
¿Cuál tiene más probabilidades de conseguir el helado? De hecho, el que tiene una rabieta con frecuencia sólo obtiene gritos, castigos y a veces hasta golpes.
No lloran para manipularnos. Lloran porque están sufriendo, porque lo pasan mal. Si estuvieran felices, en vez de llorar, reirían. Por tanto, nunca hay que pararse en la raya. Hay que cruzar la raya y acudir a consolar a nuestro hijo, como haríamos con cualquier familiar adulto al que viéramos llorar.
Eso no quiere decir darle todo lo que pide, porque a veces piden cosas que no les podemos o no les debemos dar. No se trata de ‘toma, veinte caramelos y cállate de una vez’, sino de ‘estás triste porque no podemos comer caramelos, ¿verdad? Pero ya sabes que son malos para los dientes y tú quieres tener unos dientes fuertes, como los de un león… ¿quieres que dibujemos un león en este papel? O un dinosaurio, dibuja lo que quieras’»»
Carlos González habla sobre el llanto infantil no consolado:
Creo que conocemos de sobra las consecuencias del llanto infantil prolongado, no consolado, tanto desde el punto de vista neurológico, como psicológico y físico, a corto, mediano y largo plazo. Carlos González va a lo más simple: a la empatía, a la humanidad, a la ética, al cariño, a tratar al niño con dignidad y amor cuando dice:
«Yo no dejaría jamás llorar a mi hijo. Ni a mi esposa, ni a mis padres ni a mis amigos. Cuando una persona a la que quiero llora, voy a ver qué le pasa e intento consolarla.»
Carlos González habla sobre la tolerancia y la necesidad de límites durante la infancia:
Hay un artículo entero dedicado a los límites infantiles y la edad del no, desde la voz del Dr. Carlos González, en el que nos explica cómo los niños tienen límites naturales, inherentes a su condición de niños, a su estatura, a sus capacidades, etc. y en esta próxima cita suya, abarca el mismo tema, con el ángulo de la tolerancia también, ejemplificando muy bien cómo no es necesario poner límites absurdos, y cómo todos los padres sabemos trazar los necesarios:
«Cada cual tiene que tomar sus decisiones, seguro que si ves a tu hijo tirando macetas por el balcón o abriendo la llave del gas se lo vas a impedir. Pero si el bebé llora y reclama atención las 24 horas del día, no es que haya que tolerarlo, es que eso es tener un bebé normal.»
¿ qué opinas? 
¿Recuerdas alguna frase en particular de este autor que haya marcado tu maternidad?
 
©LA VOZ DEL BEBÉ.
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