Por supuesto que los hijos dan mucho trabajo.
Pero si encima te privas de la mejor parte, como acunarlos, mimarlos, hacerles upa o darles el pecho y te quedas con la peor: cocina, limpiar, lavarles la ropa, ¿dónde está el placer de tener hijos? Porque nadie te dice: «no le prepares la comida que se acostumbra y estarás 20 años preparándole la comida» o «no le laves la ropa que se acostumbra y vas a estar 20 años lavándole la ropa». Eso no se discute. Se discute si puedes alzarlo, acunarlo, dormirle en brazos en tu cama o darle el pecho todo lo que el bebé y la madre quieran. Es decir, la parte más linda de la maternidad y la paternidad. Pues, ¿habrá qué tener un hijo para planchar? Esa es la parte que a nadie le gusta. La crianza es un placer si los padres y madres se abocan a los placeres de estar con sus hijos. Con todo esfuerzo que implica criar y con toda la inmensa alegría y satisfacción que puede darnos.
Carlos González, Pediatra y Escritor.
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