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Los verdaderos monstruos no habitan en los cuentos.

¿Qué dicen los dibujos?






“Históricamente los seres humanos se han expresado a través del dibujo, como una forma de plasmar sus formas de vivir, sus costumbres, las relaciones y las estructuras sociales. La Psicología ha utilizado las técnicas pictográficas para favorecer la expresión de sentimientos e inclusive para analizar rasgos de personalidad. Se han encontrado algunas recurrencias en los dibujos de víctimas de abuso sexual y con base en estas investigaciones es posible encontrar algunos indicadores. El dibujo es utilizado como herramienta tanto para el diagnóstico como para el trabajo terapéutico”, explica la psicóloga Hermida.
Para los niños, comenta la profesional, es natural dibujar y lo hacen desde edades muy tempranas. Con ellos expresan eventos de su vida y pueden explicar relaciones familiares de una manera muy espontánea; a quienes incluyen o excluyen del dibujo o la cercanía y lejanía entre ellos y sus padres ofrecen datos acerca de cómo se relacionan con los miembros de la familia. “Algunos niños dibujan inclusive sus pesadillas y nos dan a conocer los monstruos que los visitan en las noches”, indica la psicóloga. 
El dibujo no solo se utiliza para diagnosticar, agrega, pues a través de este “se pueden restaurar las experiencias traumáticas en la mente de los niños, construyendo relatos con final feliz que ayuden a construir un futuro libre del dolor del abuso sexual”. El dibujo puede ser un correlato de los abusos y otro tipo de situaciones que viven los pequeños en su entorno y es importante tenerlo en consideración.


“Siempre se le debe preguntar a un niño por qué hizo determinadas cosas. La agresión, la sexualización, el miedo, el aislamiento, los sentimientos de culpa y la sumisión pueden reflejarse en una hoja de papel”, afirma la siquiatra Isabel Cuadros, directora de la Asociación Afecto.

“En trabajo terapéutico se le da al niño un lápiz y un papel, se le dice que pinte una persona, luego la del sexo opuesto… un solo dibujo no hace el diagnóstico, una serie de ellos sí lo hace”, comenta la siquiatra Isabel Cuadros.





“Es importante anotar que al igual que cualquier señal o síntoma de abuso sexual, esta debe verse en el contexto que sucede y otras variables relacionadas con la edad del niño. Una sola señal o un dibujo solo no es definitivo y es importante indagar mucho más con el apoyo de un especialista”, afirma Lyda Guarín Martínez, asesora nacional de derechos de la Niñez y protección de la gerencia nacional de programas de Plan. El dibujo, entonces, es una herramienta valiosa de trabajo terapéutico que permite indagar la situación sicológica y emocional del niño. Sin embargo, no debe interpretarse de manera aislada, pues es clave que se correlacione con un diagnóstico clínico.

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