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COLECHO SÍ, COLECHO NO


La cuestión del colecho así planteada no tenía sentido en Europa antes del siglo XX, ya que al igual que en muchos países en la actualidad, como China o Bangladesh, era una práctica generalizada; y es que desde el comienzo de la humanidad, al igual que todos los mamíferos las crías humanas han dormido con sus progenitores. 

Sin lugar a dudas es uno de los temas, respecto a la crianza de los niños, que más polémica y controversias ha creado en los últimos tiempos. Los detractores del colecho hablan de que este supone un aumento en el riesgo de mortandad por el “Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante o Infantil” (SMSL), o por otro lado de riesgos de aplastamiento o asfixia. Los defensores a su vez dicen que el colecho favorece la lactancia materna y por lo tanto reduce el riesgo al SMLS. Unos y otros aportan estudios científicos que avalan sus teorías. Os invitamos a que los busquéis para adjuntarlos al Evento y así poder debatir y aclarar sus conclusiones. 

Sin embargo, no hay que perder de vista que estamos hablando de un “Síndrome”, lo que quiere decir que se desconoce la causa exacta del mismo, esto sumado a que los estudios hechos hasta la fecha no son totalmente fiables, hace, y desde este punto de vista, que no se pueda decir que el “colecho sí” o el “colecho no” favorece sí o no el riesgo al SMLS.
He dicho desde ese punto de vista, porque hay otros: no deja de ser irónico que en EEUU, donde está demonizado el colecho, sea uno de los países con mayor incidencia del SMLS, mueren 2 de cada 1000 nacidos; mientras que en Asia donde menor incidencia hay del síndrome (por ejemplo Japón con el 0,3 por mil; en Hong Kong 0,03 y en China prácticamente desconocida, o sea que casi no se da), el colecho es un hecho cultural y generalizado. 
A los padres que crían a sus hijos en la cuna no se les critica, a los que hacemos colecho, desde muchos ámbitos sí, ¿Por qué? Personalmente creemos que detrás hay muchos intereses económicos por lo menos “sospechos”

Dónde duerman nuestros hijos debería ser un tema de elección dentro del seno familiar y según las circunstancias de cada cual, lógicamente oyendo las recomendaciones de seguridad para cada caso: es necesario que por lo menos durante los primeros seis meses de vida nuestro hijo comparta de una forma u otra la habitación con nosotros (en esto si hay unanimidad en la comunidad científica), la forma de los barrotes de las cunas para evitar ahogamientos, evitar el colecho en superficies blandas y no planas: sofás o colchones blandos…; en próximas entradas iremos ampliando el tema con datos científicos, artículos…, que nos vayan dando un punto de vista más completo y global.

Hasta ahora en esta, llamemos introducción, casi todo lo que se ha expuesto va en la dirección del ¿Por qué no?, o sea a la defensiva. Por lo que ahora queda, además, el ¿Por qué sí? Para ello en los próximos días lanzaremos el post “El colecho hasta los cinco años”, acerca de lo que piensa Margot Sunderland, uno de los expertos británicos más importantes en salud infantil de prestigio internacional.

Como siempre os, nos invitamos a participar dentro de los «Comentarios» del post en el Blog, buscar, dialogar, compartir argumentos y vivencias sobre los dos porqués, seguro que con ello llegaremos entre todos a acercarnos más a la verdad del tema…

Un abrazo a todos.

LA VOZ DEL BEBÉ

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